jueves, 27 de octubre de 2011

Comunicado de la Asamblea de Interbarrios de las comisiones de desahucios para las Asambleas Populares de los barrios de Madrid

El lunes nos enfrentábamos a una semana terrorífica con siete desahucios en cuatro días. Algunos días, como el martes, teníamos cita para intentar parar hasta tres. Los desahucios eran por toda clase de motivos: por impago de hipotecas a bancos o financieras de dudosa moralidad, alquileres sociales en pisos del IVIMA o de inmobiliarias.
Frente a lxs agorerxs del “no se puede hacer nada, son muy poderosos”, ciudadanxs comprometidxs y solidarixs pertenecientes a las asambleas de barrio, la PAH, comisiones de desahucios, asociaciones vecinales o simples vecinxs, nos hemos movilizado con toda la fuerza de saber que nuestra causa es justa: el derecho a la vivienda es un derecho fundamental que no se puede conculcar sin una solución habitacional por mucho que establezcan las leyes.
Los resultados de la semana son un triunfo de la movilización ciudadana contra los abusos de los poderosos. De los siete desahucios anunciados se han parado seis. El único que han llevado a cabo ha tenido que ser con un despliegue policial improcedente. Una unidad completa de antidisturbios con más de 70 agentes para echar de su casa a una mujer y sus dos hijos de 18 y 16 años. Una actuación vergonzosa en que se reprimió, bajo amenazas de multa, hasta gritar ”según que consignas “en palabras de un mando policial. Compañerxs periodistas a quienes reiteradamente requirieron su documentación por fotografiar sus caras. Incluso se impidió a los hijos, una vez desahuciados, volver a acompañar a su madre, que se encontraba, sedada, en casa de una vecina. Una demostración completa de la sinrazón de la brutalidad y la falta de empatía de las llamadas administraciones públicas con los problemas de lxs ciudadanxs.
El resultado, en los demás casos, es espectacular. Una demostración de la fuerza que tienen las movilizaciones coordinadas que utilizan los recursos disponibles de forma inteligente para llevar a cabo sus justos objetivos.
Cuatro desahucios se han aplazado. Dos de ellos sin nueva fecha para ejecutarlos. Los otros dos con el compromiso de concejales a actuar proactivamente para solucionar la situación de las víctimas de esta maquinaria infernal. En el caso del intento de desahucio de Joe en Leganés, dos compañeras fueron arbitrariamente detenidas por pedir la identificación a los policías que les exigían, precisamente, su DNI.
Una inmobiliaria ha reconocido su error en la tramitación del desahucio de una familia que vivía en alquiler. Ha sido suspendido y la familia continuará viviendo en su casa. Su pesadilla ha terminado.
Una entidad financiera que con sus créditos rápidos se iba a llevar por delante a una anciana que avaló el con su piso, ha tenido que aceptar la vivienda como pago de la deuda y vivirá ella en su casa pagando un alquiler. Su pesadilla también ha terminado definitivamente.
El camino es largo y duro. Pero vamos a seguir adelante. Condenar a la calle a quienes están sufriendo la crisis y el paro no puede dejar a nadie indiferente. La crisis no puede mermar un derecho fundamental. La exclusión social no es una opción moral por mucha legalidad que le asista.
Los ciudadanos decimos ¡basta de desahucios! ¡Juntos podemos!

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